Es
octubre y nuevamente los recuerdos cada mañana me preparan el café y el pan con
mermelada… no encuentro más que puertas cerradas y ventanas abiertas a un
horizonte lejano, donde mi piel desea sentir el calor de tu piel, ver tu
sonrisa cada mañana cuando me dabas los buenos días… Pero hoy estoy siempre
entre la calle de la melancolía y el recuerdo de tu amor, mis pies caminan
fatigados de buscarte y no encontrarte. Me enojo con tu ausencia que duerme
conmigo… y me muero por volver y frecuentar aquellos lugares donde
nunca jamás sucedió el adiós. Extraño el sofá donde parábamos el tiempo para
descansar, para juguetear o simplemente donde leía mis libros y te dormías
entre mis brazos…
Es
octubre, sí, es octubre otra vez… pasaran los días y los recuerdos más
palpables marcan ansiosos cada
día en el calendario hasta llegar a aquella fecha de 28 de octubre y como
siempre me daré el permiso para ser feliz, soñar una y otra vez de vivir y
revivir el pasado y cuando muera el día cada recuerdo se volverá a guardar celosamente como
otros años y llegará el siguiente y entre suspiros pediré a mi
mente no dejarte ir, pero se irán poco a poco al cajón de los recuerdos y
terminará octubre, solo quedará el eco de tu presencia en las
paredes de mi habitación, y seguiré viviendo mis días contando cada 28 de mes y resucitará tus recuerdos pero nunca como en octubre y quizás en cada octubre renacerá este amor que grita
en silencio por ti porque a pesar del tiempo el olvido no ha podido con el y
quizá en el fondo de mi corazón esperaré otro octubre para tenerte presente
como antes, o quizá regrese algún día un 28 y recomenzar, reescribir y sobre todo vivir nuestra nueva historia.
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