El calor de nuestra piel.
Te diré algo: Cuando te vi
supe de tu silencio y de tus miedos.
La distancia que ponías entre los dos
me volvía cada vez mas rebelde.
Y solo observaba tu mirada y tu sentar.
Pero el calor de tu piel
y la fuerza silenciosa de tus labios
delataban una pasión desconocida por todos.
Supe al instante que me deseabas tocar
y un abrazarme sin importar lo que pensara.
Eras tu allí en público evocando al amor.
Desconocidos en el tiempo nos encontramos en un mismo lugar,
nos perdimos en el deseo de las palabras ahogadas
en la presión del paladar...
El corazón no pudo mas...
y el frescor de aquel postre frió,
el calor de mi piel se entrego en la noche bulliciosa
cual amante no volvería a ver.
Alcides M.
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